El orégano, una planta aromática ampliamente utilizada en la gastronomía, ha sido objeto de investigaciones científicas por sus posibles beneficios para la salud de la piel. Según estudios del Instituto Nacional de Salud de EE.UU. y la Biblioteca Nacional de Medicina, esta hierba contiene compuestos con propiedades antimicrobianas, antioxidantes y antiinflamatorias que podrían ser útiles en el cuidado cutáneo.
Investigaciones de la Universidad de Harvard señalan que el orégano es rico en carvacrol y timol, dos compuestos con actividad antibacteriana que pueden ayudar a reducir la proliferación de microorganismos en la piel. “El aceite esencial de orégano ha mostrado efectos prometedores en estudios preliminares para el tratamiento del acné y otras afecciones cutáneas causadas por bacterias y hongos”, indicó un informe del Centro de Investigación Dermatológica de EE.UU.
Además, estudios de la Universidad de Bolonia han analizado su capacidad antioxidante, destacando su potencial para contrarrestar el estrés oxidativo, un factor clave en el envejecimiento prematuro de la piel. También se ha investigado su posible uso en la cicatrización de heridas, aunque se requieren más estudios clínicos para confirmar estos efectos en humanos.
El orégano se encuentra en diversas presentaciones, como infusiones, extractos y aceites esenciales, estos últimos utilizados en la cosmética natural. No obstante, los dermatólogos advierten sobre la necesidad de diluir el aceite esencial antes de aplicarlo sobre la piel, ya que su uso directo podría causar irritaciones en pieles sensibles.
Si bien el orégano puede ser un complemento en el cuidado cutáneo, los especialistas subrayan que su uso debe ser acompañado por una rutina dermatológica adecuada y el asesoramiento de un profesional de la salud.