Las cifras no dan buena señal al país europeo por lo que se encamina hacia un confinamiento navideño para evitar una tercera ola. El debate dentro del Gobierno se ha centrado en cómo hacerlo.
El Ejecutivo de Giuseppe Conte se ha mostrado dividido también en esta cuestión. Pero, según fuentes cercanas a la negociación, todo apunta a que la decisión consistirá en aplicar restricciones intermedias a todo el país desde el día 24 de diciembre al 6 de enero y las medidas más severas para los días festivos y prefestivos. Es la vía que defiende el primer ministro frente a la voluntad de un cierre más prolongado y estricto que preferían sus socios de Gobierno.
El Partido Democrático ha presionado esta semana para que Italia se sometiese a un confinamiento duro desde el 21 de diciembre al 6 de enero, tal y como han anunciado otros países europeos. Bares, restaurantes y comercios no indispensables se cerrarían.
El Movimiento 5 Estrellas se muestra cada vez más convencido y el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, hubiera preferido incluso adelantarlo. Sin embargo, Conte se ha inclinado hasta el último momento por aplicar medidas más flexibles para proteger la economía. “Lo estamos reflexionando en estas horas. Debemos evitar una tercera ola a toda costa, porque también sería devastadora en pérdidas de vidas humanas”, reflexionaba el día anterior en el medio La Stampa.