El ajo es uno de los ingredientes básicos de nuestra cocina, sin embargo, también tiene un lugar muy especial en la medicina tradicional. Te compartimos algunas formas de usar el ajo para tu salud, más allá de un antibiótico natural.
El ajo nos aporta diferentes nutrientes, además de compuestos azufrados como la alicina, a los cuales se les atribuyen sus beneficios a la salud. Aunque el más conocido es funcionar como antibiótico natural, existen otras formas de aprovecharlo.
- Acné. Gracias a sus propiedades antibacterianas, podría eliminar las bacterias que lo causan, además de reducir la inflamación. Según la Cleveland Clilnic, frotar ajo crudo sobre las espinillas, podría ayudar a reducirlas, aunque es mejor consultar con tu dermatólogo antes de usarlo, pues podría provocar ardor y otros efectos.
- Pie de atleta. El ajo también es un poderoso antifúngico, por lo que puedes frotar un diente de ajo en tus pies si sientes comezón por pie de atleta. Otra opción es remojarlos en una tina de agua tibia con 5 dientes de ajo triturados y repetir por 1 semana.
- Dolor muscular y de articulaciones. Calienta 60 mililitros de aceite de ajonjolí en una sartén y agrega 10 dientes de ajo partidos por la mitad. A fuego bajo, mueve hasta que se doren; deja enfriar, cuela y vierte en un frasco de vidrio. Aplica frío en las zonas de dolor.
- Remover verrugas. Machaca un diente de ajo y aplícalo sobre la verruga, cubre con una gasa o vendaje y deja actuar toda la noche. Por la mañana enjuaga con agua tibia y repite hasta que la verruga se seque y caiga.
- Ajo para la hipertensión. Según estudios, el ajo tiene un impacto positivo en las arterias y la presión arterial, así como en las hiperlipidemias. Si bien no existe una dosis exacta, en general se recomiendan 4 gramos de ajo al día (un diente de ajo pequeño) para aprovechar sus beneficios. Foto: iStock
- Otra opción, es preparar un aceite de ajo. En un frasco vierte 500 mililitros de aceite de oliva extra virgen y agrega 10 dientes de ajo pelados y partidos por la mitad. Revuelve y deja reposar en un lugar seco y oscuro por 3 semanas. Agrega diariamente 1 cucharada sin calentar, a un pan, ensalada, pasta o pescado.
Pan, camarones, pescado, pollo, pasta… ¿qué platillo no sabe bien con un poco de ajo? Los dientes de este bulbo se han usado desde tiempos antiguos como parte de la cocina, pero también como un ingrediente terapéutico.
¿Cuáles son las propiedades del ajo?
El ajo nos aporta nutrientes como manganeso, vitaminas B6, C, selenio e incluso fibra, calcio, cobre, potasio, fósforo, hierro y vitamina B1 en pequeñas cantidades. Sin embargo, uno de los componentes que lo hace más atractivo es la aliína.
Cuando el ajo se machaca, tritura o mastica, la aliína se transforma en alicina y otros compuestos azufrados. Son estos compuestos a los que se atribuyen la mayoría de las propiedades farmacológicas del ajo.
La revista especializada Offarm, explica que diferentes estudios a lo largo de los años, han apuntado a una acción antioxidante, antitrombótica, antimicrobiana, antifúgica, hipotensora, anticarcinogénica, antitumorogénica, inmunomodiuladora y una capacidad para reducir los niveles de lípidos.
Pese a estas múltiples propiedades, el beneficio más conocido del ajo, es su capacidad para atacar las bacterias y funcionar como un antibiótico natural, aliviando problemas respiratorios como la bronquitis, resfriados, asma bronquial y gripe.
Por ejemplo, el Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia, recomienda hervir 5 dientes de ajo machacados con una taza de agua por 3 minutos y endulzar con miel. Posteriormente, cuela y refrigera. Toma 1 cucharada cada 4 horas en caso de tos y bronquitis.
Sin embargo, como cualquier remedio natural, el ajo nunca sustituirá la atención médica, además de que debe tomarse con cuidado.
Aunque no está asociado con una toxicidad, sí podría provocar dolor abdominal, náuseas y gases, en especial cuando se consume en exceso o si tienes mayor sensibilidad a este ingrediente.
Finalmente, si tienes alguna enfermedad crónica, tomas medicamentos de forma regular estás embarazada o en lactancia, es mejor consultar a tu médico antes de tomarlo. Además de sus propiedades antibióticas.